RETRATOS
No hay nada más bello en este mundo que el rostro de una persona. Toda la creación, desde mi punto de vista, no iguala la belleza que encierra un solo rostro. Ninguna mirada, por muy profunda que sea, podrá agotar el misterio que las facciones humanas manifiestan. Por ello, es tan difícil hacer un buen retrato: no se trata solo de copiar con exactitud las proporciones y las formas, sino también de captar algo de aquel misterio. Algo, porque es un misterio tan inagotable como la infinitud de Aquél que en la creación humana ha puesto su imagen.